Después de poder comprobar que
‘2001 Odisea en el Espacio’ fue firmemente una buena película, o que la fecha
de ‘Regreso al Futuro’ marcaba un momento cercano pero desarrollable en la
trama del film, es necesario plantearnos verdaderos objetivos para poder
alcanzar metas reales de cara a futuro de nuestras ciudades.
Para obtener fondos europeos,
nuestras más importantes ciudades malagueñas se han lanzado a determinar
proyectos que definen estrategias para establecer las bases de nuestro
‘Horizonte 2020’, planes que engloban actuaciones directas financiables, y
otras actuaciones dependientes también del guión de otra buena película. Esperemos que se cumplan los objetivos, que
se financien las obras, y que se mejores las ciudades. Pero ese no era el objetivo de Europa.
Encontramos objetivos a más
largo plazo, como Paris 2050, que con mis futuros 85 años podré ver resuelto,
seguro que sin acordarme de lo que ponía verdaderamente en el proyecto, o a lo
mejor prefiero no querer acordarme, porque llenar una ciudad de vegetación por
todas partes, crear macro puentes extravagantes con muchas palmeritas, o
sobreponer a los edificios históricos exultantes estructuras de acero, cristal,
y más plantitas verdes no es serio. Pero
siguen vendiéndonos ‘Paris Smart City 2050’, por supuesto al que lo quiera
comprar.
Nueva York no se queda atrás,
con el modelo de ‘calle 42’ o ‘42d greenway’ para los mas entendidos o snobs. Y
volvemos a crear planes con photoshop para querer impresionar a la galería,
conde unos paraguas invertidos van a recoger agua para el abastecimiento de
millones de personas, o un tranvía va a circular por esta mítica calle,
nuevamente por raíles, pero llenos de hierba verde, muy verde. Otra propuesta ridícula y fantasma que nos
lleva a pensar si realmente estos planes sirven para algo más que no sea el
autobombo de los que lo hacen, y llenar páginas con fotos coloridas de los que
los publican.
Por ello el Proyecto Europeo
Horizonte 2020 propone como requisito la participación ciudadana dentro del
proceso de desarrollo y constitución del Plan Estratégico de las ciudades. Pero esto no se puede entender como tres
reuniones con levantamiento de actas para rellenar los expedientes. El proceso
participativo para el desarrollo de las ciudades conlleva primero a entender de
dónde venimos, cuál es nuestro origen y nuestras necesidades, tanto las
actuales como aquellas que tuvimos y dejamos por no contar con los elementos
necesarios para poder llevarlas a cabo. Y
a partir de este análisis, hacer planteamientos de hacia dónde queremos llegar,
y no necesariamente hacia donde queremos que nos lleven, sean los que nos
gobiernan, o sean las propias circunstancias, sino que sean los objetivos
comunes de la sociedad. Y es ahí, en ese
proceso de análisis donde reside la participación ciudadana en el proceso
estratégico de desarrollo que nos puede llevar a un Horizonte 2020 real, preciso,
necesario y con el suficiente respaldo ciudadano.
Pero la realidad, por lo menos
la periodística, nos lleva a una lluvia de millones proveniente de Europa,
donde vemos a numerosos municipios de nuestra Provincia anunciar 15 millones de
euros para cada uno (tope de ayuda por municipio), que de manera competitiva
tienen que resolverse. Y todos quizás
(lo de la transparencia sigue siendo una verdadera utopía) para conseguir la
financiación para seguir en la dinámica de arreglar calles y reestructurar
plazas.
Peor aquellos otros municipios
que ni siquiera han hecho el esfuerzo de hacer el paripé para anunciar la
lluvia de 15 millones de euros en su municipio; porque a estos seguro que no
les va a caer nada de nada. Puede ser que no lo hayan hecho por tener claro que
hay que realizar un procedimiento serio, o simplemente por que la convocatoria
les pilló con el paso cambiado y las navidades encima con todos los
funcionarios de vacaciones. Puede ser,
pero el aporte económico lo han perdido.
Y con lluvia de millones, o
sin ella, los vecinos seguimos sin saber cómo van a ser nuestras ciudades en el
futuro, ni tampoco que podemos hacer para conseguirlo. Nos faltan objetivos claros y concretos, a
corto, medio y largo plazo; que nos marquen un punto de mira y al que todos
queramos llegar. No solo se trata de
renovar las ciudades, sus calles y plazas, sino también de establecer las
mejoras necesarias para crear empleo de calidad, erradicar la marginación
social y urbana, planificar nuestros espacios públicos y el uso previsto para
ellos. No es tarea fácil, ni se hace en
un día, ni en un mes, ni en el plazo de la convocatoria de una subvención.
Por ello es necesario que cada
ciudad abra el debate del modelo que quiere desarrollar, de su potencial
interno y externo, de la calidad de vida que quieren tener. Con esto podremos marcar planes, plazos y
estrategias para estos objetivos, que podrán ser para el 2020, o hasta donde
queramos llegar.
Mientras tanto que Dios
reparta suerte en la lotería europea Horizonte 2020, y que los premios gordos
nos toquen en Málaga.
Manuel Navarro. Arquitecto
679481572
proyectos@arquitectomanuelnavarro.es
Articulo publicado en el Sol Digital