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martes, 2 de agosto de 2016

El Hospital Noble “más noble” de Málaga


Uno de los edificios más singulares que alberga La malagueta, es sin duda el denominado “Hospital Noble”, edificio que se enmarca dentro del estilo neogótico. Atribuido al arquitecto José Trigueros y Trigueros, fue construido en ladrillo visto, con arcos ojivales y una crestería de hierro sobre las cubiertas. En su fachada principal el hospital presenta un pórtico un gran arco de piedra, y sobre el una lápida con la inscripción "Hospital Noble". Su estructura es simple, siguiendo la tipología de naves. Poseía una nave longitudinal con un pasillo central que daba acceso a las distintas dependencias, a la que se adosan de forma transversal dos cuerpos laterales y uno central, que sobresalen en planta y altura.
Pero para los ciudadanos de a pié, este edificio está lleno de rumores y leyendas indescifrables que lo rodean.  Dedicado a la Beneficencia, no obtiene su nombre por la labor que realiza, sino porque son los herederos del Doctor Noble los que ceden los terrenos para la construcción, pero con la condición de que se entregara a la Beneficencia. Si no se seguía este mandato el terreno volvería a sus herederos.
Este hospital auxiliar fue construido entre 1866 y 1870 por las herederas del doctor Joseph Noble, un médico natural Frisby, Inglaterra. Era doctor en Medicina por la Universidad de Cambridge. Estando delicado de salud vino a la ciudad de Málaga para restablecerse pero se encontró la muerte el 6 de enero de 1861 por el cólera, ya que tuvo que atender a un paciente afectado por la enfermedad. El proceso de creación fue largo, durando cinco años. Comenzando en el año 1866 y llevada a cabo por el arquitecto municipal Cirio Salinas Pérez. Pero la capilla del hospital fue inaugurada cinco años después.
La finalidad de este hospital en un principio era atender tanto a los malagueños como a la numerosa población extranjera que llegaban desde el puerto de Málaga, principalmente como hospital de urgencia. En 1875, el hospital se cedió a una Junta de Damas, la cual operaba con las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paul. Se determinó que la mitad de las camas fueran de pago, pero la otra mitad era para la Beneficencia y extranjeros necesitados. Con el tiempo el edificio pasó a formar parte de la Comisión Municipal de Beneficencia.
El 16 de diciembre de 1900 ocurrió en la costa malagueña un naufragio de la fragata alemana “Gneisenau”, a lo que el hospital prestó numerosos servicios. A lo que el cónsul de Alemania compensó con la donación de numeroso material al hospital, además de un puente metálico conocido comúnmente como “El puente de los alemanes”, ya que el que había de madera sufrió graves daños por una inundación.
En el siglo XX, la vida en el hospital fue muy difícil debido a la escasez de enfermos y medios. Por lo que en 1923, fue cedido a la Cruz Roja, siendo incautado en 1931 durante la II República española, aunque en 1937 fue devuelto a sus originales donantes, realizando actividades sanitarias hasta los años 80. Pero en 1970 las instalaciones hospitalarias sufrieron una gran ampliación que modificaron el interior del edificio y su fachada trasera original.
Más tarde fue dedicado como laboratorio de Bromatología, para análisis de alimentos y aguas. Aunque cada vez fue adquiriendo un carácter de edificio administrativo del Ayuntamiento.





FOTO 01 Plano del Hospital Noble de 1865, arquitecto José Trigueros y Trigueros. Archivo Histórico de Málaga

FOTO 02 Vista del hospital Noble con obras de urbanización de La Malagueta. Archivo Histórico de Málaga

FOTO 03 Fachada de un cuerpo lateral de la edificación.

FOTO 04 El puente de los Alemanes fue donado gracias al servicio sanitario realizado por el Hospital Noble a los tripulantes alemanes del naufragio de la fragata alemana “Gneisenau”

martes, 26 de julio de 2016

La Farola de Málaga. El próximo año cumple su segundo centenario

Farola, en femenino, así es como denominamos técnicamente al Faro del Puerto de Málaga desde hace casi doscientos años, uno de los faros españoles más emblemáticos y con más historia.
Su construcción se realiza entre los años 1816 y 1817, finalizando la iluminación a finales de éste último año. El Ingeniero Joaquín María Pery, Brigadier de la Armada Española y Director del Puerto de Málaga fue el encargado de realizar el proyecto y dirigir la construcción.  Una torre troncocónica con una altura de 22 metros  y una base de 10 metros conforman su estructura original, la cual fue ampliada en 1858 con un edifico que está destinado al servicio de la instalación y a vivienda.
El sistema de iluminación se basaba inicialmente en una serie de quinqués alimentados con aceite de oliva. El terremoto de Málaga de 1884 malogró los mecanismos de rotación e iluminación, que tuvieron que ser sustituidos temporalmente hasta finalizar con la instalación de un mecanismo de flotación de mercurio. En 1917 se electrifica la linterna.
Durante la Guerra Civil, el 28 de agosto de 1936, la Farola de Málaga se apagó por orden de la Comandancia de Marina, todavía a las órdenes de la República pues su silueta servía de referencia a la artillería naval y a la aviación del ejército sublevado. El Comité Central de la Flota Republicana ordenó que se pintara de color tierra, con manchones oscuros y claros para camuflarla. Pese a ello, sufrió serios daños durante el conflicto bélico, a causa de la cual tuvo que ser reconstruido en 1939.
En 1954 se instala la linterna de tipo aeromarítimo que funciona en la actualidad.
La “Farola de Málaga” es el nombre popular con el que todo el mundo conoce al faro bicentenario de la ciudad, convertido hoy en un símbolo reconocible y significativo de La Malagueta y uno de los pocos faros con nombre de mujer en España. Dicen que ha adquirido este nombre por su forma “ancha y rechoncha”, pero lo que si es cierto es que ha sido la costumbre popular la que la ha bautizado de esta manera.
Los faros son elementos considerados «ayudas a la navegación» y su función es desprender una señal marítima luminosa para que los barcos puedan localizar el puerto por las noches. Cada faro tiene un destello con un ritmo determinado que se recoge en los Libros de Faros para que desde el mar y con niebla se sepa qué faro es. Pero los faros no sólo tienen su función durante la noche, de día, la torre es una señal estable que orienta a los barcos que se aproximan para saber hacia dónde se tienen que dirigir.
En la actualidad La Farola está completamente integrada dentro del complejo Muelle Uno, y se prevé que en su edificación se instale el futuro Museo del Puerto de Málaga.



PIE DE FOTO 001 Como historia curiosa, en el número del 28 de diciembre de 1911 de la revista malagueña la Unión Ilustrada, coincidente con el Día de los Inocentes, se publicó como broma una fotografía trucada del faro con la parte superior destruida supuestamente por una gran ola que habría golpeado la torre durante la noche. Esto provocó que numerosos lectores "inocentes" acudieran personalmente al lugar  para observar el inexistente destrozo.

PIE DE FOTO 002 En 1902, el Paseo de la Farola ofrecía esta perspectiva, al fondo el monte de Gibralfaro con el castillo en su cima, alrededor de la plaza de toros unas cuantas edificaciones y en el puerto numerosas embarcaciones ancladas sin aparente orden. La Malagueta, una zona que se mantuvo con trazas de arrabal hasta la década de los 60.

PIE DE FOTO 003 La estampa de niños paseando por el Paseo de la Farola es una postal típica de la Málaga antigua, y la comparte el usuario de Facebook Paco Herrera Rubia en el grupo de ‘Solo fotos antiguas de Málaga’.

martes, 12 de julio de 2016

140 años de la Plaza de Toros. De la Plaza de las Cuatro Calles a La Malagueta

Es fundamental empezar hablando de la Plaza de las Cuatro Calles, pasar por el Teatro del Circo, para entender lo que hoy es la Plaza  de Toros de La Malagueta.  Fue en 1492, en lo que hoy conocemos como la Plaza de la Constitución, donde tenemos constancia que se celebraban las primeras corridas de toros en Málaga, ubicando los chiqueros en la boca calle de Larios, y con tribunas de madera portátiles. Pero conforme fue creciendo el interés de la llamada fiesta nacional, los requerimientos cada vez eran  mayores y la imposibilidad de seguir celebrándolas prácticamente en la calle comenzaba a ser un verdadero problema que las administraciones de la época empezaban a plantear, y a buscar distintas soluciones.  De hecho los graderíos de madera provisional fueron sustituyéndose por sillares de piedra significando la consolidación de los festejos, pero ni esta decisión resulto convincente a la afición taurina.
No fue hasta finales del siglo XVIII que se produjo el cambio de ubicación, mudándose junto al mercado del Carmen. La llamada ‘calle Plaza de Toros Vieja’ nos da una idea de la ubicación de la misma ya que no existe ningún documento grafiado que nos indique exactamente la ubicación y características de este coso. La siguiente ubicación conocida está situada en el entorno del convento de San Francisco, al borde del Guadalmedina, pero no duró más de 15 años entre polémicas referentes al aforo posible. Y en 1864 se ubicó en los aledaños de la calle Compás de la Victoria, en el conocido Teatro del Circo, que hacía sus veces de coso taurino para no más de 3.000 personas, y que en su escenario tenían lugar una serie de espectáculos públicos: teatrales, ecuestres y gimnásticos. 
Fue la presión ciudadana por la poca cabida existente, y el mal estado en el que se encontraban las instalaciones, se creó una comisión de propaganda representada con distintos prohombres de la ciudad para levantar una plaza de toros nueva. Así comenzó la búsqueda de un nuevo emplazamiento, para el que se barajaron distintos lugares considerados como idóneos como por ejemplo el llano de El Ejido, donde hoy se ubica la universidad en el centro de Málaga; también se tuvo en cuenta el limonar de Olletas, justo en la gasolinera de Fuente Olletas. Pero finalmente se opta por un lugar conocido por los vecinos como ‘Haza de la Noria de Reding’, y mucho más conocido como ‘La Malagueta’.
Es el Ayuntamiento el que toma las riendas del proyecto evitando de esta manera el futuro control que quería la comisión ciudadana sobre la Plaza, y realiza las obras en colaboración con la Diputación de Málaga, pero una vez concluidas las obras, será la Diputación la propietaria del 100% del recinto, debido a la cesión del 50% municipal como parte de pago de las deudas contraídas.
El arquitecto municipal Joaquín de Rucoba y Octavio de Toledo fue el encargado de realizar el proyecto y de ejecutar las obras de la nueva Plaza de Toros de la Malagueta. La Plaza es de estilo neomudejar, teniendo forma de un hexágono, y no deja de ser sorprendente que en tan sólo dos años se finalizara un edificio de semejantes características, con un ruedo de 52 m de diámetro comprendido por una planta baja, entreplanta y dos plantas superiores.
Fue el 11 de junio de 1876, con la ganadería de Murube, con los diestros Rafael Molina “Lagartijo”, Antonio Carmona y Luque “El Gordito” y Manuel Rodríguez “Desperdicios”, cuando se produce su inauguración, con unos festejos taurinos que duraron 4 días.
Diferentes cambios ha sufrido la edificación original, modificando sus chiqueros, ampliando el coso para albergar a más de 9.000 personas; o la última modificación sufrida con la ejecución del parking municipal por parte de la sociedad municipal de aparcamientos del Ayuntamiento de Málaga, SMASA, en el año 2005 convino con la Diputación realizar cuatro plantas de aparcamientos subterráneos bajo la calle Cervantes y los corrales de la plaza de toros. Ello provocaba la desaparición total de los corrales existen­tes. Aunque, como ya hemos constatado, apenas existía nada de los corra­les originales pues las instalaciones diseñadas por Rucoba en ese lugar se demolieron en 1922 por Guerrero Strachan para empezar a usarse como corrales, y en 1966 éstos fueron reformados y ampliados por el equipo del arquitecto provincial Juan Jáuregui, quien incluso modificó el diseño de la tapia.
Al levantar de nuevo los corrales, el arquitecto de la Diputación de Málaga Luis Machuca ha tenido que reordenar las ali­neaciones para integrar en la fachada las distintas salidas peatonales del aparcamiento subterráneo, cuyo proyecto pertenece a otros arquitectos, aunque realmente dejó su huella con unas fachadas de vidrio xerografiados, aportando el detalle del siglo XX a la plaza centenaria. Pero realmente la Plaza de Toros de la Malagueta ha sido testigo mudo del espectacular cambio urbanístico que ha vivido el barrio.
Es necesario referenciar que la Plaza de Toros de La Malagueta, en 1976 año de su centenario, fue declarada Conjunto Histórico-Artístico, y cinco años más tarde, en 1981, obtuvo la calificación de Bien de Interés Cultural, obteniendo toda la protección arquitectónica para futuras actuaciones en la misma.


La Malagueta es una plaza de toros donde parcamente se contemplan alternativas, concediéndose durante sus 140 años de existencia escasas casi 40 ceremonias de investidura de matador de toro. Tuvieron que pasar 38 años desde su inauguración para que el coso taurino malagueño fuera escenario para la primera alternativa tal como hoy la conocemos.  El primer torero que recibió la alternativa en La Malagueta fue el malagueño Matías Lara 'Larita' hecho acaecido el 1 de septiembre de 1914 con Paco Madrid de padrino y Juan Belmonte de testigo y toros de González Landin.
Esta plaza, de 1ª categoría, es un recinto taurino de temporada, y entre sus festejos cabe destacar las dos corridas de toros en Semana Santa, que incluyen la denominada "Corrida Picassiana", la "Corrida de la Prensa" que se celebra en el mes de junio por la festividad de los Santos Patronos San Ciriaco y Santa Paula, los festejos durante la Feria de Agosto y la corrida de toros en el mes de septiembre coincidiendo con la festividad de la Patrona malagueña.

Pero sobre todo la Plaza de Toros desde hace muchos años que se ha convertido en la ‘Plaza de Todos’, sabiendo compaginar actos de carácter político, como la actuación de Joan Manuel Serrat en el mitin de la primera campaña de Felipe González.  Conciertos de todo tipo de música, de los que destaco el de Silvio Rodríguez en los años 90, o los primeros conciertos de Alejandro Sainz en nuestra ciudad.

En la actualidad, la Plaza de Toros de La Malagueta, no solo es un referente taurino de nuestra ciudad, sino también es punto de encuentro de diferentes actividades como pueden ser eventos solidarios, conciertos, exposiciones, o la gran concentración de productos malagueños en el mes de diciembre de la mano de Sabor a Málaga.