El primer lunes de cada mes de octubre
celebramos el día mundial del Hábitat, y este año nos han querido sorprender
con un lema singular: “Espacios Públicos para Todos”. Yo sigo pensando qué es
lo que quieren decir. Por definición de la propia frase se produce una
tautología, que no es otra que si el espacio es público es para todos, por lo
que no hay entrega en la misma.
Pero esto nos abre un debate
interesante, que es el de la
convivencia.
¿Sabemos todos que los espacios
públicos son para todos?
Tengo mil razones para pensar que no.
Los primeros en contestar que NO
seguro que son los que no pueden pisar esos espacios públicos. Todo el que va sobre ruedas, porque es muy
pequeño y no sabe caminar, porque tiene la movilidad reducida y va en silla de
ruedas, porque es muy mayor y necesita un andador de apoyo seguro que nos dicen
que NO. Sobre todo porque después de usar la calle, espacio público por
excelencia, tienen que limpiar lasa ruedas que les ayudan a moverse por estar
sucias de los excrementos de los perros, depositados en plena vía pública
porque no lo recogen sus dueños. Este tipo de mal personas que no recogen las
heces de sus perros no saben que el espacio público es para todos.
Seguidamente vendrán los dueños de
locales comerciales con un nuevo No, ya que con tanto esfuerzo trabajan para
definir una estrategia comercial con una lograda imagen corporativa, que se va
al traste cuando el entorno está lleno de grafitis, mala pésima expresión
artística que no tiene nada de artístico. Porque estos grafitis sucios y
canallas nada tienen que ver con los magníficos murales urbanos que mejoran
nuestro paisaje urbano. Este tipo de mal personas que pintarrajean nuestras
ciudades no saben que el espacio público es para todos
Como tercer grupo vamos los ciudadanos
que usamos y disfrutamos nuestras ciudades con otro NO radical al ver como
gente tira papeles y colillas al suelo, deposita mal la basura en los
contenedores, pisotea los jardines, destroza el mobiliario urbano… Un sinfín de acciones que hacen que nuestros
barrios y ciudades sean más inhóspitas. Este tipo de mal personas que ensucian
y destrozan nuestras ciudades no saben que el espacio público es para todos.
Pero también debemos de reflexionar a
raíz de este eslogan, la cantidad de dinero público que nos hacen gastar este
tipo de mal personas en limpiar y reponer lo ensuciado y roto. Si ese dinero lo empleáramos en mejorar lo
que ya tenemos y crear nuevos espacios públicos para todos nuestros barrios y
ciudades serían espectaculares, y seguro que nos sobraría para hacer muchas
otras cosas con ese dinero público.
Así pues, con todas estas reflexiones,
si apuesto porque durante este año trabajemos por hacer entender a todo el
mundo que necesitamos entender el Espacio Público para Todos.