martes, 5 de julio de 2016

La Historia del Gran Hotel Miramar SL*****

El ‘Hotel Príncipe de Asturias’ fue inaugurado en febrero de 1926 por El rey Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia, en su visita a Málaga en la que según cuenta las crónicas de la época realizaron múltiples actividades como la bendición de la bandera del cañonero «Cánovas del Castillo»; inauguración del monumento al comandante Benítez o la visita al Seminario en construcción.
Seis años antes, el 17 de diciembre de 1920 el arquitecto Fernando Guerrero Strachan, como apoderado de la Sociedad «Príncipe de Asturias», presentaba al alcalde los planos de un inmueble que la citada sociedad tenía el proyecto de construir un edificio destinado a hotel.
Este edificio se considera la obra cumbre del arquitecto Guerrero Strachan, que tras cinco años de construcción vio terminado su proyecto. Cabe destacar el estilo modernista de la época, combinando en su fachada principal diferentes volúmenes y cuerpos salientes, que se prolongaban en el interior del edificio, así como la presencia de arcos, que van estructurando la composición del edificio.  El uso de cerámica decorada con motivos vegetales y frutos y, en los puntos de mayor fuerza, bellos jarrones de cerámica vidriada verde y blanca, confirman la marca del autor.
Junto al mar, el hotel contará con un total de 200 distribuidas en 172 habitaciones y 28 suites con espectaculares vistas al mar. Dispondrá de un Centro de Convenciones con capacidad máxima para 700 personas y un total de 17 salones independientes con luz natural y los últimos avances audiovisuales.  Contará con cinco restaurantes, cinco espacios con increíbles vistas al mar y con varios tipos de cocina, incluyendo diferentes opciones de coctelería internacional. Piscina interior climatizada, SPA, gimnasio, sauna, cabinas de masajes… Habitaciones Distinguidas por su elegancia y refinamiento ofrecen vistas a la cuidad y cuentan con una decoración especial simbólica del Palacio de Miramar. De estilo Árabe, Mediterráneo o Modernista, conjugan diseño clásico y contemporáneo con componentes de alta categoría y los últimos avances tecnológicos para garantizar el máximo confort. Destacando las tres ‘Suite Imperial’
En resumen, 18.000 metros cuadrados en el centro de la ciudad y en primera línea de playa junto al mar, en Málaga. Un lujo.
La fachada delantera, mirando al mar, se compone de una escalera señorial de tres tramos y en el primer piso una terraza con arquería de medio punto y una barandilla corrida en toda la longitud de la tercera y cuarta planta que caracteriza de forma particular la estructura del conjunto. Un factor importante es la policromía original que presentaba el edificio. En los paramentos delanteros se combinan perfectamente el color ocre con el beige de las pilastras almohadilladas y el refuerzo de los ángulos del edificio. Las notas de color vienen dadas también por la pintura del pabellón así como por la cerámica del barandal de la terraza y los jarrones.
En su interior hay un patio cuadrado donde conviven motivos árabes y de otros estilos como el plateresco salmantino o el isabelino francés.
Fue a principios de 1930, con la llegada de la República, donde empezó a aparecer en las guías de mano de la ciudad de Málaga la denominación de ‘Hotel Miramar’, ya que con la desaparición de la monarquía era preciso adaptarse a los nuevos tiempos.
Durante la guerra civil, en 1936, el hotel fue ocupado por las tropas republicanas y transformado en Hospital de Sangre, actividad que se mantuvo posteriormente con el nombre de ‘Hospital Militar de Miramar’
Después de la guerra se retomó la actividad de Hotel, pero sin el esplendor de los primeros años.  En el año 1954 se realiza una gran reforma del mismo, incorporando cuartos de baño en todas las habitaciones, ya que hasta el momento solo existían en la planta baja del edificio.  Pero la situación económica que vivía el País y las grandes pérdidas económicas que sufría el complejo hotelero, derivaron en su cierre en el año 1967.
Tras veinte años de abandono, en 1987 se decide emprender su restauración, adaptando la edificación a una nueva actividad: Palacio de Justicia de Málaga.  Los 18.000 metros cuadrados existentes se transformaron en múltiples despacho y oficinas, salas de juico, archivo, e incluso calabozos en el sótano. Pero la Protección Arquitectónica con la que fue calificado el inmueble en el Plan General de Ordenación Urbana de Málaga hizo imposible su ampliación y mayor aprovechamiento, resultando unas instalaciones pequeñas e inadecuadas para esta actividad, que derivó en la construcción de la Ciudad de la Justicia, y el nuevo abandono del edificio.
Una vez abandonado por la Administración, el inmueble salió a Concurso Público para retornar a la actividad original que nunca debió de dejar de ser: El Hotel para el que fue diseñado por el arquitecto Fernando Guerrero Strachan. La adjudicación la gano el grupo hotelero Santos.





Foto 01
Procedencia: Archivo Fotográfico de la Dirección General de Turismo (1951-1992). Fotógrafo: Zubillaga. Fondos: Biblioteca de la Facultad de Empresa y Gestión Pública (Universidad de Zaragoza)

Foto 02
Procedencia: Archivo Fotográfico de la Dirección General de Turismo (1940-1992). Fotógrafo: Joaquín del Palacio en 1942. Fondos: Biblioteca de la Facultad de Empresa y Gestión Pública (Universidad de Zaragoza)

Foto 03
Guardado en Pinterest  por Maribel Checa Jurado


Foto 04
Guardado en Pinterest por Carlos Nadales Ortiz


Foto 05
Guardado en Pinterest por Maghia


     

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